GUILLERMO: EL ESFUERZO NO SE JUBILA
- Enrique Portnoy
- 2 minutes ago
- 3 min read

Guillermo Vilas fue más que un número uno sin corona oficial: fue esfuerzo, fue lucha, fue estilo. Le mostró al mundo que el tenis argentino podÃa ser potencia, que la disciplina y el amor propio vencen cualquier ranking. Hoy, el paso del tiempo y su salud lo invitan a otro tipo de batalla, más silenciosa, más Ãntima.
En esta conversación con Osvaldo Salvadores, Guillermo no se detiene en el pasado glorioso, sino que lo usa como plataforma para hablar del presente y del sentido de lo vivido.
Porque en el Segundo Tiempo, los trofeos no pesan… lo que pesa es haber sabido vivir. Y seguir aprendiendo, incluso desde el silencio.
REUNIÓN DE TRABAJO CON OSVALDO SALVADORES
OS: Gracias por recibirme, Guillermo. Este momento tiene mucho valor.
GV: Gracias a vos por venir… Yo ya no hablo mucho. Pero todavÃa pienso. Y a veces, pensar y escribir también es una forma de seguir jugando.
OS: Jugaste mucho… más de lo que muchos recuerdan. Y más allá de lo deportivo. ¿Sabés lo que más me impacta de tu historia?
GV: ¿El revés cruzado?
OS: Eso también, pero no. Me impacta tu obstinación. Tu manera de hacer del sacrificio una forma de belleza. Tu decisión de escribir poesÃa cuando todos sólo hablaban de raquetas.
GV: La poesÃa y el tenis… son lo mismo. Requieren ritmo, pausa, ruptura. Y sobre todo, soledad. Siempre jugué solo, aún cuando habÃa miles mirando.
OS: ¿Y esa soledad te pesaba?
GV: Al principio sÃ. Después aprendà a hacerla compañera. Porque entendà que cuando uno compite consigo mismo… deja de tener miedo. Nunca quise parecerme a nadie. Ni siquiera a los grandes. Yo querÃa construir algo propio. Aunque doliera.
OS: Y lo hiciste. Dejaste una huella. Pero hoy estás en otro momento. ¿Cómo vivÃs este Segundo Tiempo?
GV: Con otra intensidad. La mente me corre más rápido que el cuerpo. Pero aprendà a aceptar. A mirar el mar más que los rankings. A escuchar más que hablar. Mi cuerpo ya no responde igual… pero mi historia está viva. Y eso me abraza.
OS: ¿Te costó soltar?
GV: MuchÃsimo. Fui adicto al perfeccionismo. A la repetición. A la autoexigencia.Pero un dÃa te das cuenta que el gran partido no es con la derecha cruzada… sino con vos mismo. Y ahà no se trata de ganar. Se trata de entender.
OS: ¿Y qué entendiste?
GV: Que no alcanza con ser el mejor. Que hay que aprender a disfrutar sin público.Que lo más importante no es lo que lograste… sino quién fuiste mientras lo lograste.Y que amar a tu gente, de verdad, sin escudos, es la única victoria que no se borra.
OS: Guillermo… ¿hay algo que te hubiera gustado hacer diferente?
GV: SÃ. Me hubiera gustado descansar más. No tanto fÃsicamente… sino internamente.Fui duro conmigo. No me perdonaba una derrota. Hoy sé que el error también enseña.Y también me hubiera gustado compartir más. Mi vida fue muy individual. Hoy valoro la charla. El abrazo. Lo simple.
OS: Eso que decÃs es oro para quienes hoy están retirándose.; o los que sienten que el futuro es incierto. ¿Qué les dirÃas a los que todavÃa no entendieron que hay vida más allá de la carrera?
GV: Que el mejor punto no lo ganas en la cancha. Lo ganas cuando te levantas, te miras al espejo… y te gustas. Que uno puede dejar de competir… pero nunca debe dejar de crecer; y que lo vivido, incluso lo más duro, es combustible para seguir siendo útil. Yo quiero que mis nietos no me admiren por los trofeos… sino porque sigo intentando ser mejor persona, incluso cuando ya no juego.
OS: Esa es la esencia del Segundo Tiempo y vos lo estás jugando con dignidad.
GV: Con aceptación. No me gusta que mi cuerpo falle. Pero tampoco me gusta rendirme. Sigo escribiendo. Sigo sintiendo y a veces, con eso basta para seguir.
OS: Guillermo, gracias por esta charla. Ojalá muchos escuchen, más allá de tus palabras.
GV: Gracias a vos, Osvaldo. A veces no hay que correr más… sólo hay que quedarse quieto… y recordar por qué valió la pena todo lo que hicimos. El olvido no me preocupa… mientras recuerde quién soy.

