CONSULTORIO DE SEGUNDO TIEMPO - PRÓLOGO RENATO CIVELLI

Estaba decidido a no quedarme de brazos cruzados después de mi retiro que, sabía, se acercaba. Lo conocí a Enrique Portnoy por medio de un amigo que trabajaba con Segundo Tiempo, pero no sabía en qué me podía ayudar. Sin embargo, me llevé una muy buena impresión de esa primera charla. Cuando empezamos a trabajar juntos, yo ya había firmado el contrato de la franquicia francesa de panadería y pastelería “Gontran Cherrier”. Ahí me di cuenta de que me estaba lanzando al proyecto sin muchas herramientas: contaba con algunos puntos fuertes de mi carácter que se perfilaron a lo largo de mi carrera como futbolista, el conocimiento de la lengua y la cultura francesa, capital económico y esa convicción (o necesidad), antes mencionada, de preparar el post retiro.

Así empezó esta aventura con Segundo Tiempo que ya lleva 6 años. Valoro de Enrique lo apasionado que es con cada proyecto que encaramos, el hecho de que predica con el ejemplo poniendo siempre la vara muy alta y que en todo momento está disponible para trabajar.

Cuando abrimos el primer local de la panadería, encontré muchas similitudes entre el nuevo grupo de trabajo y un plantel profesional de fútbol. Enrique me ayudó a adaptar las capacidades y conocimientos adquiridos en el deporte (responsabilidad, entusiasmo, abnegación) al mundo empresarial:  liderar equipos, tomar decisiones de manera permanente; comerciales, financieras, de producción y de administración, aprender a delegar, asumir riesgos… y, como en el fútbol, cuidar el empate cuando sabes que no lo podes ganar.

Desde mi retiro, no todas fueron victorias, pero el camino transitado fue (y sigue siendo) muy enriquecedor. Me formé, me rodeé de gente que sabía más que yo, y, sobre todo, me animé a dar el paso. Entendí que reconvertirse no es traicionar lo que uno fue, sino darle continuidad con otras herramientas, en otros escenarios. Estoy seguro de que, si algún día decido volver al fútbol, todos estos nuevos aprendizajes me serán de  gran ayuda.

Este libro es una invitación valiente a hacerse preguntas. A pensar el después mientras aún estamos en el durante. A entender que el retiro, si no nos hacemos cargo, puede ser una derrota irreversible. Un pasaje hacia otro tipo de profesionalismo, donde la experiencia acumulada es un capital más valioso que cualquier inversión.

Agradezco la existencia de espacios como Segundo Tiempo, donde se habla con profesionalismo, con generosidad y con criterio. Si algo aprendí es que el Segundo Tiempo puede ser tan apasionante como el primero. Pero nadie nos entrena para eso. Este libro, en cambio, sí.

                                                                                              RENATO CIVELLI