ROGER: CONTINUAR JUGANDO SIN LA RAQUETA
- Enrique Portnoy

- 4 hours ago
- 4 min read

Después de una carrera que marcó una era, Roger Federer continúa escribiendo su historia fuera de las canchas. Dueño de una de las trayectorias más admiradas del deporte mundial, hoy se sienta con Osvaldo Salvadores para conversar sobre cómo canalizar lo construido durante años, hacia el Segundo Tiempo. Más que reinventarse, se trata de continuar siendo: un profesional de la vida que honra lo que logró, disfrutando sin detenerse, creando sin presionarse, y dejando huella desde otro lugar.
Esta es una consulta que pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿qué hacemos con todo lo que somos, cuando dejamos de ser lo que fuimos?
REUNIÓN DE TRABAJO CON OSVALDO SALVADORES
RF: Gracias por recibirme, Osvaldo. Te confieso algo: me está costando ponerle nombre a esta etapa. Sé que no quiero “retirarme de la vida”, pero a veces siento que estoy en una especie de limbo.
OS: Es normal, Roger. Lo que te pasa no es una confusión, es una transición. Te estás moviendo de una identidad que te dio forma durante más de 20 años, a otra que está empezando a crecer. Lo importante es no apurarse en definirla, pero sí acompañarla.
RF: Claro. Ya no tengo entrenamientos diarios, ni partidos por planificar, pero me sigo despertando temprano, sigo atento a los detalles. Hace poco produje un documental, me involucré en temas creativos, también en educación infantil con mi fundación, pero todavía me pregunto: ¿cuál es mi cancha ahora?
OS: Me gusta que uses la metáfora de la cancha. Porque no se trata de abandonar el juego, sino de reconocer que el terreno cambió. Lo que te hizo único como tenista, tu capacidad de leer el juego, tu compostura, tu generosidad competitiva, son competencias perfectamente trasladables a otros ámbitos.
RF: ¿Vos crees que todo eso sigue teniendo valor afuera del deporte?
OS: Absolutamente. Te doy un ejemplo concreto: tu vínculo con la moda, con Uniqlo, no es solo estético, es identidad. Mostras cómo la elegancia se puede traducir desde el movimiento a la forma. Cuando apoyas causas educativas, no estás solo “haciendo filantropía”; estás enseñando con el ejemplo que el éxito puede tener conciencia. Estás generando cultura.
RF: Me conmueve eso. Porque durante años creí que lo más fuerte que podía dar era mi tenis y ahora siento que mi voz también puede tener impacto. Aunque también aparece el miedo: ¿cómo no banalizar lo que uno construyó? ¿Cómo no transformarse en una “marca”?
OS: Esa es una tensión clave. Pero justamente, tu historia te protege. Porque no sos una marca, sos una persona con marca personal. Mientras seas fiel a tus valores, respeto, integridad, belleza en el hacer, no vas a banalizar nada. El riesgo aparece cuando uno se desconecta de su verdad.
RF: Entonces, ¿el Segundo Tiempo no es necesariamente cambiar de rumbo?
OS: No. A veces es seguir caminando en la misma dirección, pero con otro ritmo. No tenes que dejar de ser Roger Federer. Tenés que seguir descubriendo qué más puede ser Roger Federer cuando no necesita probar nada.
RF: Eso es un gran alivio. Me siento más libre que antes, pero también más expuesto. Ya no tengo el refugio del deporte.
OS: Ahora tenés otro tipo de refugio: el del significado. Lo que estás viviendo es la oportunidad de convertir tu trayectoria en un legado viviente. No como algo que se celebra en placas o estatuas, sino como algo que se traduce en nuevas formas de presencia. ¿Qué te gustaría dejar más allá de tus títulos?
RF: Pensando, me gustaría que los chicos que me vieron jugar sientan que se puede ser competitivo sin ser cruel; que se puede ganar sin humillar; que se puede tener éxito sin perder la ternura.
OS: Eso ya lo estás dejando. Ahora, la pregunta es: ¿desde qué espacios querés amplificarlo? ¿Dónde sentís que tu energía hoy tiene ganas de habitar?
RF: Me entusiasma el cine. Me gusta contar historias. Estoy trabajando en ideas donde el deporte se mezcla con lo humano. También me emociona apoyar a jóvenes talentos, sin presionarlos. Ser una especie de mentor, como vos, pero desde mi experiencia.
OS: Entonces tal vez estás construyendo tu propia forma de mentoria; silenciosa, elegante, inspiradora. Vos no necesitas dar discursos, tu forma de estar ya enseña. ¿Y con tu familia, cómo estás viviendo esta nueva etapa?
RF: Es un regalo. Viajar con ellos sin horarios. Estar más presente. Redescubrirme como padre y pareja, pero también me doy cuenta de que necesito desafíos personales para seguir sintiéndome pleno.
OS: Ahí está la clave: no se trata de llenar el tiempo libre, sino de diseñar el tiempo vital. El Segundo Tiempo es el arte de mantener encendida la llama sin necesidad de estar bajo reflectores. Es tu momento de elegir sin urgencias.
RF: Lo que más me gusta de esta charla es que no me estás diciendo qué hacer, sino cómo volver a escucharme. Eso es lo que más extraño a veces: el silencio interior.
OS: Porque en el ruido del mundo, la voz propia se apaga. Pero vos tenés una gran ventaja, Roger: supiste estar solo en una cancha, frente a miles, sin perder el eje. Ese músculo interno está intacto.
RF: Gracias, Osvaldo. Esta charla me da paz. Y también me da un impulso. Me doy cuenta de que el Segundo Tiempo no es bajar la intensidad, sino elevar el sentido.
OS: Exactamente. Y vos tenés todo para jugarlo con la misma elegancia con la que jugaste el primero. Ahora, el rival no es otro jugador. Es el olvido de uno mismo. Pero estoy seguro de que vas a ganar ese partido también.
@2tsegundotiempo





Comments