“Yo no estoy para hacer eso… Ya está, yo ya llegué.
Ahora todos tienen que estar a mi disposición. Yo ya hice el esfuerzo”.
Difícil de sostener como posición en la vida.
No se puede avanzar creyendo que ya se realizó todo el esfuerzo, ya tenemos todo claro y que llegamos al objetivo.
Esa no puede ser la meta. Hay que seguir aprendiendo.
Para lograrlo, sin dudas, hay que mantener el esfuerzo; como antes, como siempre, para seguir disfrutando de lo que viene.
Las armas son la sabiduría y el ingenio.
La vocación de seguir aprendiendo y querer crecer como motores para continuar generando valor agregado.
Los anillos no se caen cuando seguimos entendiendo que siempre hay algo por mejorar; siempre hay alguien que sabe más que nosotros y que no sólo con el discurso, sino con las acciones, puede ayudarnos en la carrera hacia ser mejores.
No hace falta hacerle creer a nadie en un futuro de fantasía, ni que somos quienes no somos.
Sin duda, es necesario; para nosotros, y para los que nos rodean, que seamos serios. Ser profesionales de la vida.
Si hubo un pasado y hay un presente es con conocimientos especializados, compromiso, cumplimiento y resistencia para tener la base y seguir avanzando; construirnos fuertes para no tener miedo al futuro.
Cuando dejamos de temer en lo que viene y estamos dispuestos a aprender de los errores cometidos, nos sentimos libres.
“No confíe usted en los que han encontrado la verdad, confíe sólo en quienes siguen buscándola” - André Kostolany
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