“El show debe continuar”.
En la película hay un director. Está enfermo, terminal.
Aparecen distintas imágenes por su mente en forma de escenas en "el show", con situaciones de la vida; negación, enojo, pacto, depresión y aceptación.
En el espectáculo se canta y se baila una canción: “bye, bye life”.
Todas las personas implicadas con su vida están presentes, en su alucinación; y él salta de "la cancha" para despedirse de todos ellos.
Los protagonistas salen a "la escena y juegan".
Y los dueños del espectáculo abren el teatro todos los días; juegue quien juegue.
Los que se lesionaron y no llegaron.
Los que lo intentaron pero no tuvieron “la suerte” o no pudieron llegar.
Los que llegaron y se les termina el ciclo.
Los jugadores actúan como variables de ajuste.
Son los directores de la obra que “alucinan”?
Si todos entendemos como es el juego, está muy bien.
Pero ¿todos entendemos cómo es el tema?
¿Aprendemos que dura un tiempo y que el partido sigue sin nosotros?
Nos damos cuenta qué el partido se termina y que el campeonato continúa…
Empieza el espectáculo y estamos dentro. Termina el show y nosotros debemos seguir.
Ser Titulares del Segundo Tiempo dependerá de entender la película.
Esa experiencia que nos determina que nosotros debemos ser los interpretes, los directores y los dueños de lo que pasa en el escenario y fuera de él.
Hacernos cargo. Aprendiendo. Planificando y controlando lo que elaboramos.
¡All that Jazz! – “El show debe seguir”, con nosotros dentro de la cancha.
