Se presentan diversas situaciones de emergencia, en pleno vuelo, ante la ausencia o ineptitud del Capitán. Un traumatizado ex piloto de combate que queda expuesto a un miedo patológico a volar y que resulta ser incapaz de mantener un trabajo responsable. Durante el vuelo se intoxican los pasajeros, el copiloto y toda la tripulación de cabina.
No tenemos a nadie para que pilotee el avión y la torre de control define que el avión entre en piloto automático; cuando un gran muñeco inflable “se hace cargo” de la situación.
Cualquier semejanza con la realidad, es pura casualidad. ¡Todo incertidumbre!
La incertidumbre atraviesa todo.
La incertidumbre es riesgo.
La incertidumbre, sin dudas, genera angustia, pero también genera oportunidad… y ante eso nos tenemos que adaptar a los desafíos que nos van llegando.
En la vida, como en el Ajedrez, muevo una ficha del tablero, y cambia toda la cancha.
La pregunta que nos podemos hacer siempre es: ¿y ahora qué?
Por supuesto que a medida que vamos decidiendo caminos vamos cerrando otros, por eso quizás sea interesante, al mismo tiempo que no procastinar, tampoco apurar la ilusión de la certidumbre.
Siempre predispuestos a crecer, preparados para despojarnos de certidumbres que no existen y permitirnos abrazar la incertidumbre como oportunidad.
Convivimos con temas controlables y temas no controlables, pero analizando y adaptándonos a lo que viene, nos puede ir mejor.
Estando preparados para lo que viene tendremos mayores posibilidades.
Haciéndonos cargo y siendo Titulares del Segundo Tiempo.
Comments