Juan llegó a su casa entusiasmado. Su familia lo observaba entre la grata sorpresa y el asombro.
Habían transcurrido más de seis años desde su retiro y ahora estaba muy bien encaminado en su Segundo Tiempo.
No había sido fácil, pero entendió que no podía jubilarse a los 40 años.
Ahora estaba con la convicción de seguir en carrera, y era una carrera Profesional. La oportunidad de seguir creciendo y desarrollando proyectos…
Juan estaba feliz!! Saludó a todos!! Compartió la cena...
Silvana, vos entendés? Es como un sueño... Si cuando era chico me preguntaban qué quería ser cuando sea grande... Siempre hubiese respondido “jugador de fútbol profesional”…, lo logré, viajamos por todo el mundo con esa profesión, jugué en los mejores mercados del Fútbol. Armamos una Familia que me enorgullece; toqué el cielo con las manos... y cuando llegaba el retiro “no me di cuenta”...
Lo empecé a sufrir y rápidamente encontré la veta para reconvertirme y empezar una nueva etapa. Llegué, digamos, a la cima de algo que no resuelve todo... Aunque uno se puede confundir. Llegas a un lugar que, por supuesto, no es para siempre.
Esa pared con la que se encuentra el deportista cuando se retira la sufrí poquito tiempo, comparado con un montón de ex compañeros, amigos, y conocidos... que de tener todo, ó de creer que tenían todo pasan a no tener nada... ni ingresos, ni fama, ni difusión mediática….hasta que empecé a entender, y pude llegar a mi Coach para analizar alternativas, empezar a aprender sobre otros aspectos de la vida…. Reafirmar la importancia de proyectar el futuro y entender que nada es para siempre...
Juan se puso a pensar, mientras no podía dormir, sobre la declaración que le había realizado a su esposa durante la cena... Y su cabeza seguía dando vueltas... Ahora estaba ante un proyecto con otra orientación profesional, donde sus nuevas inquietudes y temores empezaban a surgir; y donde tenia claro que estos desafíos lo obligarían a seguir aprendiendo para crecer... Y volvió a valorar el proceso que había compartido con su Coach.
