PELÉ: REINAR SIN CORONA, EL LEGADO QUE COMIENZA CUANDO TERMINA EL JUEGO
- Enrique Portnoy

- Jul 25
- 3 min read

¿Qué sucede cuando el más grande cuelga los botines? ¿Cómo se construye identidad cuando el mundo te conoce como “el Rey”?
Esta conversación entre Osvaldo Salvadores y Pelé, ícono eterno del fútbol mundial, nos lleva por el camino íntimo del hombre detrás del mito. Porque más allá de los títulos, las ovaciones y la gloria, la vida plantea una pregunta igual para todos: ¿y ahora qué?
¿y ahora quién sos?
Una charla para desarmar estatuas y construir seres humanos. Para entender que el mayor triunfo es animarse a vivir con propósito, cuando ya nadie te está mirando.
REUNIÓN DE TRABAJO CON OSVALDO SALVADORES
OS: Pelé… o mejor dicho, Edson. Gracias por esta conversación. Sé que a veces no es fácil bajar del pedestal.
PE: Gracias a vos, Osvaldo. Lo que decís es cierto. Mucha gente me llamó "el Rey", pero pocos preguntaron cómo vivía Edson cuando no había cámaras.
OS: Justamente por eso estamos acá. Porque el Segundo Tiempo empieza cuando uno deja de ser “lo que todos dicen que sos” y empieza a preguntarse “qué querés ser ahora”.
PE: Sí. Yo entendí eso después de retirarme. Durante muchos años fui prisionero del personaje. Tenía que ser impecable, invencible, sonriente… Pero en silencio, me preguntaba: “¿y ahora qué hago con mi vida?”
OS: ¿Y encontraste alguna respuesta?
PE: Al principio no. Fue difícil. Gané todo, jugué con alegría… pero cuando todo eso se fue, me di cuenta de que no sabía quedarme quieto. No sabía estar conmigo. Me metí en negocios, en proyectos, en política, en cine... pero me costó encontrar algo que me hiciera sentir tan vivo como cuando jugaba.
OS: Esa es una de las trampas del éxito: creemos que lo único valioso es aquello que nos hizo famosos.
PE: Exacto. Por suerte, con el tiempo entendí que el verdadero valor no era ser el mejor en la cancha… sino qué hacía con eso fuera de ella. Empecé a trabajar con niños, con causas sociales, con educación. Y ahí encontré otro tipo de alegría: la que no necesita goles para sentirse completa.
OS: Eso es reconversión. No se trata de borrar el pasado, sino de usarlo como trampolín para algo más grande, más humano.
PE: Y también más silencioso. Porque en el Segundo Tiempo ya no buscas aplausos… buscas coherencia. Que lo que hacés esté alineado con lo que sos. Yo dejé de correr, pero empecé a caminar con más conciencia.
OS: Muchos deportistas creen que el retiro es el final. Pero vos demostraste que puede ser un principio. Que se puede ser útil, inspirador y transformador… sin estar en una cancha.
PE: Sí. Lo entendí tarde… pero lo entendí. Me hubiese gustado tener un Osvaldo que me ayudara a prepararme. Por eso ahora apoyo todo lo que hacen con 2T; porque hay que hablar del después… cuando todavía estás a tiempo.
OS: Y vos, con tu historia, nos enseñas algo clave: que hasta los inmortales necesitan encontrar un nuevo propósito. No importa cuántas Copas levantes… si no sabés quién sos sin ellas, te perdés.
PE: Así es. Yo no quería morir siendo solo un recuerdo, quería ser un ejemplo; no por lo que hice en la cancha… sino por lo que pude construir después. Porque eso es lo que queda.
OS: Por eso te entregamos ese diploma. No por tus goles… sino por tu conciencia. Por haber comprendido que la verdadera transformación es interna, y que el Rey más grande es el que se anima a volver a ser humano.
PE: Gracias, Osvaldo. Y gracias por darles a tantos compañeros, jóvenes y veteranos, un espacio para hablar de esto. El fútbol es maravilloso… pero la vida tiene que seguir jugando después del pitazo final.
OS: Y esa vida, cuando se vive con propósito, vale más que mil campeonatos. Gracias, Edson.
PE: Gracias a vos, mentor. ¡Y que siga el partido! Ese… es el verdadero título que me enorgullece.
Al finalizar la consulta, Osvaldo observa a Pelé que toca el diploma en la pared, sonríe y le entrega una carpeta de 2T con la frase:
“No naciste para ser eterno. Naciste para inspirar eternamente.”



Comments