Una olla con agua hirviendo. Ponemos una rana dentro y automáticamente salta, y huye despavorida.
Una olla con agua a temperatura ambiente. Introducimos una rana, se siente “segura y tranquila”. Siente cierto placer.
Fuego lento y la rana se va acostumbrando, hasta que se termina su existencia.
¿Nos puede llegar a dormir la temperatura ambiente que nos propone la olla?
¿Nos vamos durmiendo de a poco en el escenario de la zona de confort?
Nos vamos acostumbrando a situaciones donde “otros deciden por nosotros” y nos hacen sentir que "lo que estamos viviendo" es lo que necesitamos para siempre...
Ocurre en diferentes ámbitos. En países. En organizaciones. En clubes. En nuestro círculo más íntimo.
¿Cuál es el límite?
¿El desarrollo de nuestros otros talentos?
Puede ser. Seguramente no somos buenos “sólo para una actividad”.
Idiomas, música, pintura, oratoria, trabajos manuales, lectura, carreras técnicas, convertirnos en empresarios, etc.
¿En qué otra actividad queremos desarrollarnos?
Inspirarnos. Tomarnos un tiempo para evaluar decisiones. Parar la pelota. Con ocio creativo y definiendo, dentro del camino que quiero recorrer, él “hacia donde crezco”.
Ir al límite. Llegar a la frontera.
No significa poner el auto a 400 km/hora y chocar contra la pared. Nos referimos a dentro de lo que uno quiere llevar adelante entender que “el tiempo está en nuestras manos”.
Innovar es lo contrario a esperar. Evaluar alternativas.
Analizar el “qué pasa si tal o cual cosa”. Involucrarse en “tomar decisiones”.
Tener en cuenta la racionalidad de las mismas y lo emocional. No lo impulsivo.
Posicionarse en otro lugar. El lugar que eligen quienes no quieren que el agua a temperatura ambiente “te duerma”.
Construir proyectos. Subirse a los procesos.
