
La obstinación por perseguir metas que exceden las propias capacidades puede convertirse en una barrera durante la etapa de reconversión profesional. Este enfoque a menudo deriva en frustraciones y un uso ineficiente de recursos y tiempo, dejando menos margen para explorar opciones más alineadas con las habilidades reales que uno posee. Aceptar las limitaciones propias, sincerarse y redirigir esfuerzos hacia objetivos alcanzables permite transformar esta insistencia en una fuente de aprendizaje y éxito para el Segundo Tiempo. Son muchos los casos de profesionales exitosos en su primer tiempo a los que ante el retiro se les ha presentado alguna posibilidad para reconvertir sus carreras y no la pudieron desarrollar por falta de preparación y/o de conocimientos.
En este contexto, presentamos un diálogo ficticio entre Osvaldo Salvadores, un mentor especializado en reconversión profesional, y DA, un ex jugador de fútbol profesional que aceptó el desafío de ser entrenador. en forma simultanea a su retiro. Sin embargo, la falta de preparación específica lo llevó a enfrentar numerosas dificultades y a no cumplir con las expectativas del puesto. Este intercambio busca reflexionar sobre la importancia de planificar, prepararse y formarse adecuadamente para entender como funciona el escenario nuevo en donde uno decide desarrollarse para abordar con éxito los desafíos del Segundo Tiempo.
REUNIÓN DE TRABAJO CON OSVALDO SALVADORES
OS: Gracias por venir. Sabemos que como jugador fuiste un genio, pero ahora como entrenador, sentís que algo no está funcionando. ¿Cuál crees que es el mayor obstáculo en este camino?
DA: Sin dudas que de algo no me di cuenta... siempre fui considerado uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, pero mi desempeño como entrenador no alcanzó el mismo nivel de éxito.
OS: Son distintos roles... dejada la práctica activa pasas a un Segundo Tiempo que debe desarrollarse de otra forma.
DA: Creo que, sin darme cuenta, la falta de formación técnica y estratégica quedó en evidencia y mi talento en el campo de juego no siempre lo pude traducir en habilidades para liderar desde el banco. La verdad, siento que mi pasión por el fútbol no se traduce igual cuando dirijo.
OS: Entiendo. Ser un líder en el campo y ser un líder desde el banquillo son roles distintos.
DA: Tengo ideas, pero a veces no logro que los jugadores las entiendan o las ejecuten.
OS: Si, claro. ¿Cómo ha sido tu experiencia al intentar transmitir tus ideas?
DA: Difícil... A veces siento que no encuentro las palabras o que no me toman en serio porque esperan que sea el jugador que era, no el entrenador que soy.
OS: Ese es un punto clave. La transición del rol de jugador a entrenador requiere una reinvención, no es lo mismo; aunque muchos ex profesionales del deporte creen que sí lo es.
DA: Yo era uno de ellos, y ahora lo estoy sufriendo.
OS: Me gustaría proponerte trabajar en un proyecto que desarrolle tus habilidades comunicativas y de liderazgo. Podríamos diseñar un plan en el que lideres a un equipo juvenil para que practiques estrategias y experimentes con distintos enfoques; estarías menos expuesto y posicionando tu nuevo rol como alguien que entiende y reconoce que debe transitar un proceso de aprendizaje.
DA: Suena interesante. Creo que podría ser una buena manera de empezar; con mi cabeza de antes de estas malas experiencias no hubiese aceptado... Te diría que me hubiese enojado y me hubiese ido de tu consultorio.
OS: Hay que ir aprendiendo. Si no ganamos, aprendamos; siempre considerando que debemos evaluar alternativas para ir probando, y te reitero, por supuesto, que sin exponerte...
DA: Siempre siento que el medio quiere hacer leña del árbol caído...
OS: Además del medio, ¿has reflexionado sobre el impacto que tienen los "amigos del campeón"? Aquellos que te rodean, no siempre con las mejores intenciones, y que muchas veces alimentan expectativas irreales.
DA: Sí, los conozco bien... Muchos de ellos siempre estuvieron para festejar, pero cuando las cosas se complican, no ofrecen soluciones reales. Me dicen lo que quiero escuchar, no lo que necesito saber.
OS: Eso es muy común. Durante la transición al Segundo Tiempo, rodearse de personas que ofrezcan perspectivas sinceras y constructivas es esencial. Los "amigos del campeón" a veces perpetúan decisiones que no benefician a largo plazo.
DA: Claro, como esos que me alentaron a aceptar el puesto de entrenador sin considerar si realmente estaba preparado. Me decían: "Vos podés con todo, sos el mejor", y eso me hizo confiarme.
OS: Precisamente. Esa admiración desmedida puede convertirse en un obstáculo. La realidad del Segundo Tiempo requiere honestidad brutal y el acompañamiento de aliados estratégicos, no solo admiradores.
DA: Entonces, ¿cómo puedo filtrar mejor las voces que escucho?
OS: Lo primero es identificar quiénes están realmente comprometidos con tu desarrollo. Aquellos que te desafían a crecer, que te ayudan a detectar tus limitaciones y a potenciar tus fortalezas, son los que importan. Quizás sea momento de redefinir tu círculo de apoyo.
DA: Nunca lo había pensado así. Siempre supuse que quienes estuvieron en los buenos momentos también serían útiles en esta nueva etapa.
OS: No siempre es así. Muchos de los "amigos del campeón" se sienten cómodos con la figura que fuiste, pero no entienden ni apoyan la figura que estás tratando de construir.
DA: Tiene sentido. De hecho, algunos hasta me desanimaron cuando les mencioné que quería formarme o hacer algo diferente.
OS: Exacto. Rodearte de personas que valoren tu evolución será clave. Podemos incluir en tu plan actividades donde interactúes con colegas que ya han transitado esta reconversión. Su experiencia será invaluable.
DA: Suena lógico. Necesito más voces que me ayuden a construir esta nueva etapa y menos que me mantengan anclado al pasado.
OS: La alianza que te propongo construir es compartir reuniones de trabajo e ir analizando el nuevo escenario; incluyendo conceptos de gestión deportiva. Estas herramientas podrán darte un marco más técnico y seguro para actuar.
DA: Suena interesante, me gusta. Quiero recuperar esa confianza en mí mismo como entrenador.
OS: ¿Has pensado en desarrollar habilidades específicas, como comunicación efectiva o gestión de personas?
DA: Nunca lo vi necesario. Pensé que mi experiencia como jugador era suficiente.
OS: Es un buen punto de partida, pero dirigir también implica planificación táctica, adaptación a diferentes personalidades y manejo de presiones externas.
DA: Si, sin dudas manejar el vestuario como jugador profesional es un tema, pero cuando tenés la responsabilidad de dirigir a un equipo es diferente.
OS: Sin dudas, temas de dinámica de grupos, liderazgo que puede o no ejercer el entrenador; manejo de escucha activa y pasiva...
DA: Me tengo que formar, es un ámbito diferente. Estoy convencido.
OS: Podríamos enfocarnos en un plan de formación que combine tus conocimientos con estas nuevas herramientas. ¿Te animás? Tenemos que aprovechar los conocimientos y habilidades que adquiriste como jugador y construir esta nueva carrera.
DA: Sí, quiero intentarlo. No quiero que mis jugadores se pierdan como yo a veces me siento perdido.
OS: Excelente. Diseñaremos un programa personalizado y empezaremos con casos reales de gestión para que practiques.
DA: Me encantó.
OS: Perfecto. Trabajemos en un cronograma y evaluemos los progresos con cada nuevo paso. Este camino puede ser tan memorable como tu carrera como jugador.

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