Planteamos un objetivo.
Necesitamos y deseamos alcanzarlo.
Construimos un plan, una metodología de trabajo y empezamos a avanzar.
¡Queremos crecer!
¿Cómo manejamos el día a día?
Organizándonos.
Un orden establecido para poder ejecutar convencidos que estamos recorriendo un camino que nos acerca a la meta deseada.
La ejecución de los planes, la mejora de la gestión, el planteo de políticas de incentivos, los incrementos en la productividad, entre otros factores; generan eficacia.
La falta de control, los malos resultados, la falta de productividad, la falta de planeamiento; juegan en contra.
Estas problemáticas suceden en las empresas, en las organizaciones, en los clubes… y en la vida de las personas.
Ser eficaz: hacer lo que hay que hacer y hacerlo bien. Definir lo que hay que hacer y ejecutarlo como corresponde. Vamos a estar en el camino decidido.
Cuando tenemos un jefe, alguien “nos guía y nos controla”. Nos dirige y también puede “exigirnos” a ejecutar lo planteado. Su responsabilidad es que llevemos adelante lo planificado.
¿Pero cuándo depende totalmente de nosotros, cómo es el tema? ¿Cambia el juego?
Es diferente, totalmente.
Nos podemos tirar en el sillón a jugar a los jueguitos, o a ver una serie… esto no nos va a acercar a lo que queremos, o a lo que decimos que queremos.
Debemos ser claros. No tenemos jefes. No tenemos sueldo fijo. Nadie nos propone instrucciones para cumplir. No estamos subordinados a nada, ni a nadie.
Cuando todo depende de nosotros podemos creer que todo “es mucho mejor”.
¿Es realmente mucho mejor?
Proponernos objetivos a corto, mediano y largo plazo es una gran idea.
Aprender a auto-evaluarnos es otra buena medida.
No estamos apurados. No sufrimos problemas de presión de terceros, ni económicos, ni familiares… O, ¿los sufrimos?
Incorporemos hábitos para ese nuevo escenario.
Proponemos: presión suave, pero constante. Todos los días avancemos, tranquilos, pero avanzando. Con nuestra propia presión, pero siempre creciendo.
No nos castiguemos sin sentido, pero no nos tiremos en el sillón para ver si alguien lo hace por nosotros.
Preparémonos para lo que viene. Tomemos decisiones e implementémoslas.
Lo que viene a partir de ahora, funciona como las flechas, siempre se dirigen para adelante, nunca vuelven para atrás. Las decisiones se toman ahora y tienen efecto en el futuro y para este sueño, el desafío es estar preparado desde este momento para lo que viene.
“Hay que dar a los hijos lo suficiente como para que hagan algo en la vida, pero no tanto como para que no hagan nada” – Matt King, el personaje de George Clooney en “Los descendientes”.
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